miércoles, 27 de enero de 2010

Capítulo 44



Pero, sobre todo, por encima del respeto y de la estima, existía, por la buena dispocisión actual de Elizabeth, un motivo más que no se podía pasar por alto. Y era la gratitud. Gratitud no sólo por haberla amado antes, sino por quererla lo bastante como para perdonar el malhumor y la acritud en su manera de rechazarlo, junto con todas las injustas acusaciones que habían acompañado aquel rechazo.